martes, 15 de mayo de 2012

Practica para la Gestión y el desarrollo de los pueblos



Ciertamente en Nizao hay que poner en agenda el tema de la  seguridad Ciudadana, que por no haber una disposición por la alcaldía orientada a este sector, nuestra sociedad se descompones a paso desorbitarte.  La ley 176-07 es clara y establece que la tutela sobre la gestión Municipal que debe velar por reguardar los ciudadanos de una determinada demarcación, recaen sobre el Alcalde, gerente y tutor; por lo  que la falta de organización que impera en las autoridades que nos rigen, se proyecta en desorden, caos y delincuencia, producto de la chabacanería e informalidad en que hemos querido llevar las responsabilidades que están el ámbito de cada uno y una de los responsables de cada acción.

Es evidente que  el alcance de la ley 41-08 no es suficiente para regir con eficiencia y eficacia las responsabilidades de los actores que ejercer su deber como servidor público por delegación popular, pienso que en su momento debemos ir hilando todos esos puntos discordantes que nos impiden la eficiencia de ese contrato Social que proclamo Juan Jacobo Rousseau y que todavía en  tantos siglos no logramos cristalizar por nuestras incapacidades de lidiar con nosotros mismo.

La ley orgánica sobre la gestión pública que reza en las Cámaras de Legisladores, se hace una necesidad para la organización en su justa dimensión cada una de las Instituciones que componen la Administración del Sistema de Gobierno Dominicano, de forma que se pueda hacer cumplir el imperio de la ley mismo que debe regir so pena de sanción las actividades del Estado.

Tratados o acuerdos pendiente superar, por la Sociedad Dominicana
Que la  JCE ejerza su poder como Tribunal  Administrativo y contencioso para los procesos Electorales y todo lo que tenga que ver con la Identidad de las Persona, en cada una de sus acciones. Así como regir los procesos que diriman las relaciones, validaciones y eficiencia de los Partidos, (como lo hace con pulcritud, celeridad y eficiencia) pero sigue pendiente: llevar a los partidos al nivel de Institución de bienestar comunitario al servicio de la gente y propulsores de la democracia, quienes solo deberán limitarse a realizar sus acciones en pro del desarrollo del Estado, no para incidir en menoscabo de la democracia, para ganar adeptos o para hacerse los simpáticos.

Sugiero que no debe dársele dinero a los partidos, a menos que justifiquen que hacen trabajo comunitario como ONG, para los cuales se le otorgaría un presupuesto para gestión de obras de conformidad a su presupuesto.

Que todos esos millones que gasta la JCE en Elecciones, por mandato de nuestro Sistema político, se derogue para darle inicio a la era de la tecnología, donde las persona pueda votar de manera electrónica desde cualquier parte, con su ID de la Cedula Electoral que debe ser modernizada y adecuada para que sea el documento único que rija todas las actividades de los ciudadanos.

Queremos acabar con la corrupción política barata, entonces no seamos hipócritas, todos y cada uno tenemos intereses y por eso actuamos como lobos cuando queremos nuestras presas, sin importar el precio que le cuesta a la democracia y al los Estados para su desarrollo.

Tengo confianza plena que debemos hacer un aparte y consensuar con la sociedad, para que ella misma defina cuales son las prioridades que debemos asumir para eliminar la delincuencia, hacer crecer la educación y la Salud, así como bajar el alto índice de desempleo que impera en nuestro país y gran parte del mundo.

Hemos dejado de pensar en el bien común para convertirnos en pedantes depredadores de ideas, que solo buscan la forma de ganar escaño para beneficiar cuota de poder que en nada están ayudando a nuestro benéfico. La nación dominicana, luego de este proceso eleccionario, debe someterse, a un profundo análisis, para que podamos asumir con gallardía nuestros retos y desafíos.

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