Ciertamente en
Nizao hay que poner en agenda el tema de la
seguridad Ciudadana, que por no haber una disposición por la alcaldía orientada
a este sector, nuestra sociedad se descompones a paso desorbitarte. La ley 176-07 es clara y establece que la
tutela sobre la gestión Municipal que debe velar por reguardar los ciudadanos
de una determinada demarcación, recaen sobre el Alcalde, gerente y tutor; por
lo que la falta de organización que impera
en las autoridades que nos rigen, se proyecta en desorden, caos y delincuencia,
producto de la chabacanería e informalidad en que hemos querido llevar las
responsabilidades que están el ámbito de cada uno y una de los responsables de
cada acción.
Es evidente que el alcance de la ley 41-08 no es suficiente
para regir con eficiencia y eficacia las responsabilidades de los actores que
ejercer su deber como servidor público por delegación popular, pienso que en su
momento debemos ir hilando todos esos puntos discordantes que nos impiden la
eficiencia de ese contrato Social que proclamo Juan
Jacobo Rousseau y que todavía en tantos siglos no logramos cristalizar por
nuestras incapacidades de lidiar con nosotros mismo.
La ley orgánica
sobre la gestión pública que reza en las Cámaras de Legisladores, se hace una
necesidad para la organización en su justa dimensión cada una de las
Instituciones que componen la Administración del Sistema de Gobierno
Dominicano, de forma que se pueda hacer cumplir el imperio de la ley mismo que
debe regir so pena de sanción las actividades del Estado.
Tratados o acuerdos pendiente superar, por la
Sociedad Dominicana
Que la JCE ejerza su poder como Tribunal Administrativo y contencioso para los procesos Electorales y todo lo que tenga
que ver con la Identidad de las Persona, en cada una de sus acciones. Así como
regir los procesos que diriman las relaciones, validaciones y eficiencia de los
Partidos, (como lo hace con pulcritud, celeridad y eficiencia) pero sigue pendiente: llevar a los partidos al nivel de Institución de bienestar comunitario al servicio de la gente y propulsores de la democracia, quienes solo deberán limitarse
a realizar sus acciones en pro del desarrollo del Estado, no para incidir en menoscabo
de la democracia, para ganar adeptos o para hacerse los simpáticos.
Sugiero que no
debe dársele dinero a los partidos, a menos que justifiquen que hacen trabajo
comunitario como ONG, para los cuales se le otorgaría un presupuesto para gestión
de obras de conformidad a su presupuesto.
Que todos esos
millones que gasta la JCE en Elecciones, por mandato de nuestro Sistema político,
se derogue para darle inicio a la era de la tecnología, donde las persona pueda
votar de manera electrónica desde cualquier parte, con su ID de la Cedula
Electoral que debe ser modernizada y adecuada para que sea el documento único que
rija todas las actividades de los ciudadanos.
Queremos acabar
con la corrupción política barata, entonces no seamos hipócritas, todos y cada uno
tenemos intereses y por eso actuamos como lobos cuando queremos nuestras presas, sin
importar el precio que le cuesta a la democracia y al los Estados para su desarrollo.
Tengo confianza
plena que debemos hacer un aparte y consensuar con la sociedad, para que ella
misma defina cuales son las prioridades que debemos asumir para eliminar la
delincuencia, hacer crecer la educación y la Salud, así como bajar el alto índice
de desempleo que impera en nuestro país y gran parte del mundo.
Hemos dejado de
pensar en el bien común para convertirnos en pedantes depredadores de ideas,
que solo buscan la forma de ganar escaño para beneficiar cuota de poder que en
nada están ayudando a nuestro benéfico. La nación dominicana, luego de este
proceso eleccionario, debe someterse, a un profundo análisis, para que podamos
asumir con gallardía nuestros retos y desafíos.
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